Todos tenemos una voz única, que es, además, parte de nuestra huella biológica y humana y que forma parte de nuestra identidad. Sin embargo, no somos conscientes por usarla cada día, de lo importante que es hasta que la perdemos o nos falla en momentos importantes. Con la voz nos sucede como con la salud dental, si no somos conscientes de que debemos hacer un cuidado, unas revisiones y en ocasiones tratamientos, llegado el momento las patologías pueden comprometer nuestra autoestima, nuestras relaciones interpersonales e incluso nuestro trabajo.
Como aprendemos a hablar en los primeros años de vida y no conservamos recuerdos de este proceso, muchas veces tenemos la falsa idea de que siempre va a estar ahí. Realmente no somos conscientes del esfuerzo invertido en establecer esas conexiones neuronales que permiten la fonación y el habla pero sin duda es una tarea árdua que ha pasado a formar parte de los automatismos neuromusculares como andar o saltar.
Se considera que una persoa hace un uso profesional de la voz cuando tiene que usarla en el ámbito laboral más de cuatro horas seguidas y cuando sin ella el trabajo o no se puede hacer o queda mermado.
Encontramos que son muchas las profesiones que reunen estas características: docentes, abogados, médicos, teleoperadoras, cantantes, actores, monologuistas, oradores, entrenadores deportivos, etc.
¿Pero por qué debemos entrenar o mantener unos cuidados mínimos de nuestra voz?
Por la misma razón por la que hacemos deporte, nos alimentamos, nos aseamos cada día o nos ponemos ropa límpia. Por salud y por prevención.
Pero no lo digo yo, diferentes estudios han establecido que la prevalencia de estos trastornos de la voz en la población general es de alrededor del 5% y, en los docentes se sitúa entre el 17% y el 57%.
Se estima que siete de cada diez casos se deben a:
– Sobreesfuerzos: un aumento en el tiempo o intensidad del habla, por ejemplo un opositor de educación, de sanidad, de abogacía que pasa de no hablar prácticamente en la época de preparación a tener que hacer un uso profesional. También cuando se aumentan los ensayos o el número de funciones de un actor o cantante. También cuando los docentes vuelven de las vacaciones.
– Malos hábitos al hablar o falta de técnica para hacer un uso específico de la voz: En el caso de los niños o los entrenadores chillar sin tener una técnica vocal adecuada. En el caso de los coralistas que empiezan a asistir a los ensayos de un coro, hacerlo sin nociones mínimas de técnica vocal. En el caso de las profesiones artísticas como cantantes, actores, monologuistas, imitadores que hacen un uso muy especializado de la voz en el que un pequeño desequilibrio puede comprometer una actuación.
– Utilización de un volumen por encima del ruido ambiental. El caso de los locutores, oradores, telefonistas, traductores simultáneos, etc que pueden sufrir lesiones por una falta de técnica vocal y que tienen que trabajar muchas veces en ambientes ruidosos. Tambié se incluyen aquí las personas que trabajan al aire libre, como los guías turísticos o los entrenadores deportivos.
– Hablar por encima de la capacidad media de fonación. un uso especifico de la voz según el contexto laboral, si una persona está acostumbrada a hablar de una determinada manera, por ejemplo no está habituada a usar su voz proyectada, tener de repente esa exigencia puede provocarle un desequilibrio vocal.
La buena noticia es que con una buena técnica vocal y una cuantas consideraciones sobre el cuidado de la voz se pueden compensar esos desequilibrios la mayoría de las veces y no llegar a sufrir patologías más graves.
Esto quiere decir, que si se hace una buena prevención y educación vocal estaremos ayudando a los profesionales que requieren de su voz para desempeñar su profesión a ser más competentes y eficientes. Y para profesiones artísticas es imprescidible adquirir una técnica vocal para poder desarrollar una larga carrera profesional.
Como pedagoga del canto y de la voz he impartido cursos, talleres y diferentes formaciones para instituciones educativas, culturales o empresas que requerían de aumentar la competencia vocal a la hora de hablar en público de sus trabajadores y dar a conocer las pautas de higiene vocal necesarias para minimizar los riesgos de padecer patologías relacionadas con la voz.
Fruto de los cursos y talleres que he impartido desde hace 20 años para profesionales escribí “La voz sí que importa” una publicación disponible en papel y el ebook que ayuda a los profesionales de la voz a descubrir los aspectos a mejorar:
No sólo los profesionales que hacen un intensivo de la voz pueden ver afectada su voz, realmente cualquier persona y en cualquier momento de su vida puede perder su equilibrio vocal por diferentes causas tanto físicas como emocionales. De hecho hay muchos niños con problemas vocales por ausencia de un cuidado mínimo de la voz.
Por eso debemos trabajar en una conciencia colectiva de acciones preventivas en el cuidado de la voz para no tener que llegar a padecer dolencias tanto físicas como emocionales, algunas de ellas son:
– Causas físicas que desequilibran la voz como las alergias, el reflujo gastroesofagico, problemas dentales, problemas de bruxismo. Y sobre todo todas aquellas patologías relacionadas con las cuerdas vocales: farigitis, nódulos pólipos, etc.
– Causas emocionales, sí el factor emocional es importante en los cuidados de la voz. Un fuerte impacto emocional o un disgusto puede provocar una disfonía psicógena. Un exceso de estrés.
Mi labor en este campo se debe única y exclusiamente a la labor formativa. Quiero mencionar que es labor de los profesionales sanitarios, mas en concreto de los otorrinolaringologos hacer un primer diagnóstico y derivar a otros profesionales médicos para valorar las posibles afecciones y es labor de los logopedas/fonoaudiologos hacer terapias de rehabilitación o los psicólogos clínicos para las terapias emocionales.
Personalmente trabajo en colaboración estrecha con estos profesionales para derivar a los alumnos en el caso de sospecha de patología y también cuando ya se han recuperado en el proceso de establecer una buena técnica vocal tanto para hablar como para cantar. Realmente es un trabajo multidisciplinar para atender los problemas vocales.
En primer lugar hay que distinguir entre factores de riesgo internos y externos.
Los factores internos tienen que ver con la persona y es aquí donde se pueden en primer lugar iniciar los cuidados de la voz. Mejorar la técnica vocal y la coordinación fonorespiratoria, aumentar la competencia lingüística, tener una buena gestión emocional, etc ayudarán a la persona a adaptarse vocalmente a diferentes situaciones y contextos.
Los factores externos tienen que ver con las condiciones del entorno que pueden incidir en que la persona tenga que hacer un mayor esfuerzo para hablar: ruido ambiental, espacios abiertos, espacios grandes sin amplificación, presencial de disolventes, polvo o sustancias irritantes en el ambiente, etc, estos factores se deberán minimizar o compensar de manera consciente.
A continuación te muestro las opciones formativas que ofrezco, si eres una institución puedes solicitar prespuesto para un curso de de formación en el formulario de la web o llamándome.
Cornut G. (1998). La voz. Madrid: Breviarios, Fondo de cultura económica.
Jackson-Menaldi C. (2005). La voz normal. Buenos Aires: Panamericana Médica.
Sataloff R.T (2006). Vocal Health and Pedagogy. Science and Assessment. San Diego (EEUU): Plural Publishing Inc.
Casado J.C., Adrian J.A. (2002). La evaluación clínica de la voz. Fundamentos médicos y logopédicos. Málaga: Ediciones Aljibe.
Cobeta I., F Nuñez F., Fernández S. (2013). Patología de la voz. Barcelona: Marge Médica Books.
Quiñones M.C. (1997). El cuidado de la voz. Ejercicios prácticos. Madrid: Editorial Escuela Española.
Tulon C. (2000). La voz. Técnica vocal para la rehabilitación de la voz en las disfonías funcionales. Barcelona: Paidotribo.
VVVAA (2014). Voz profesional y artística. Particularidades del canto. Formación Alcalá.